miércoles, 16 de noviembre de 2016

LA HISTORIA INTERMINABLE: Las Esfinges


"Y Atreyu vio que, junto a esa pilastra, erguida y totalmente inmóvil a la luz de la luna, había una imponente esfinge. Sus patas delanteras, en las que se apoyaba, eran de león, la parte trasera de su cuerpo de toro, en la espalda tenía unas poderosas alas de águila y su rostro era el de un ser humano... por lo menos en cuanto a la forma, porque su expresión no era humana. 

Era difícil saber si aquel rostro sonreía, o reflejaba una tristeza inmensa o una indiferencia total. A Atreyu, después de haberlo contemplado durante un rato, le pareció lleno de una maldad y una crueldad abismales, pero enseguida tuvo que corregir su impresión al no encontrar en él más que serenidad."